jueves, agosto 10, 2006

Sobre Voces y Sombras


Hay sombras que de día desaparecen, pero que al comenzar la noche hacen su triunfal aparición.
Me refiero a ciertas voces internas que, en silencio, nos hablan y estremecen de la forma más inesperada.
No vayan a creer que estoy loca y que hablo de ruidos ezquizofrénicos que auyan en mi mente, distoricionan mi pensar y me hacen ver elefantitos rosados. No.!!..

Me refiero a esos pensamientos espectrales que aparecen únicamente en la soledad y cuando nos encontramos intentando unificar nuestra persona, después de la fragmentariedad que produce el mundanal ruido.

Son voces inquietantes y tranquilizadoras aquellas. Esas que se proponen darnos, por primera vez en el día, una perspectiva de lo que estamos haciendo y guiar nuestras reflexiones.

Una guía a través de un sentimiento único, aquello que nos transmiten cuando analizamos nuestras emociones. Sí, porque en el día ponemos en juego una gran cantidad de afectos que, quizás no somos capaces de canalizar en el momento justo, pero que en la soledad de nuestros días y de frente con nuestra yo interno, reaparecen como sombras que vociferan el mensaje que hemos estado esperando y que, la vida cotidiana, no nos ha dejado percibir por tener cerrados los ojos del alma ...

Es por ello que la misión está en saber escuchar aquello que se encuentra implícito en cada nimiedad de nuestro ser, y que sin embargo, ignoramos día a día por no querernos dar cuenta de qué es lo que quiere, espera y necesita verdaderamente aquello que nos constituye.